miércoles, 30 de mayo de 2012

Cuando alguien nos alaga es una situación algo forzada. Decimos "gracias" y tratamos de que pase el momento. Algunos, otros aprovechan. Yo solía negar el alago, decir "es una boludez igual", o algo por el estilo. Pero después, volviendo en bondi o al día siguiente recordaba el alago y sonreía, me regocijaba miserablemente. En un momento dejé de responder así, y empecé a hacerme la agrandada. A decir cosas como "y si, viste, soy así", ponele. Ninguna de las dos maneras de responder me satisface, porque en realidad no entiendo cual es más sincera, ya que generalmente pienso que nada vale mucho la pena. Si te dicen: que bueno eso que escribiste, por ejemplo, es cierto que seguro me parece una boludez lo que escribí, o al menos no fue algo por lo que me esforcé, pero a la vez, odio ese lugar de modestia sumisa. No se cual sería el punto medio, ahora parezco una pelotuda creída.
Me gusta que valoren mi trabajo, el esfuerzo, pero que valoren cosas que te salen solas me hace mal al ego, me infla de un gas perjudicial para mi salud. Tengo un problema con creersela o no creesela, no entiendo que es conveniente. Y siempre pienso todo de acuerdo a lo que siento y como queda para los demás. Igual más allá de como quede trato de ser sincera, pero envidio un poco a la gente que no se para a pensar estos problemas idiotas de personas con poca identidad.

viernes, 25 de mayo de 2012

Lineas y puntos de la vida conyugal


nos pasamos la vida tratando de encontrar un limite
un "hasta aca"
como una linea de partida
que parece de llegada
un fin de juego que nos diga "listo"
ahora si
game over

incluso para algunos
el limite esta en la muerte
en la locura
en el cuerpo
o lo que sea
comer carne
o el salario mínimo

nos pasamos la vida
tratando de armar una linea con puntos
porque en nuestro universo mental
las lineas y los puntos son la base de todo
y nunca sabemos bien
si vemos un camino en donde hay un sendero
o un sendero en donde hay algunas pisadas propias y ajenas

el infinito es igual que la nada

viernes, 18 de mayo de 2012

hoy a las 12 tenia una asamblea en mi ex colegio terciario. era importante ir porque hace mucho que no nos juntamos y porque el PO nos quiere copar el espacio. me levanto, me cambio, se me hace un poco tarde pero no importa, pongo agua para llevar mate, imprimo un par de carteles de una actividad que vamos a hacer la semana que viene. estoy de buen humor, hace dos días que me levanto con ganas. me doy cuenta que ayer sali y debería bañarme, voy a llegar un poco mas tarde, pero lo hago, quiero estar bien. cuando cierro la ducha me doy cuenta que se largo a llover, antes el ruido del agua de adentro se mezclaba con el ruido del agua de afuera.
me pongo el piloto, agarro el paraguas, me preparo para afrontar el nuevo día. voy a la parada. se larga con todo pero no importa porque estoy bien equipada. el colectivo llega hasta las bolas. un tipo grandote se desespera por pasar mientras yo estoy poniendo las monedas, tengo la mochila llena de cosas y le cuesta mucho, finalmente lo logra y como no hay lugar se queda parado adelante mío. me da bronca. avanzo y me saco la mochila para no molestar, y en ese segundo, cuando la estoy corriendo de mi segundo brazo, en medio de toda esa gente y una frenada de golpe, se cae al piso. tengo la netbook, pienso. la levanto y cuando me la voy a poner una chica me dice que estoy chorreando agua humeante, el termo se rompió. pido permiso y me bajo del colectivo. me siento en el cordon, saco todos los libros mojados, la netbook empapada, los vidrios y dejo todo a un costado. yo nunca lloro, pero siempre que lo hago es en una situación relacionada con el trasporte publico. no tenia monedas para tomarme otro colectivo asi que guardo todo de nuevo en la mochila como puedo y empiezo a caminar.
es horrible porque yo voy armando de a poco razones para estar en esta, para que los días se vayan pegando uno con otro y vayan armando una vida. pero al final, todas esas cartas, desde la no coptación de la asamblea, el mate para compartir con mis compañeros, el afiche mojado que imprimí, el libro que llevo para leer en el colectivo, solo foman un castillo de naipes en el aire que se va a la mierda con una frenada del colectivo.
todo el tiempo hay algo que me sale mal. una boludez, como un mensaje que pense que lo mande pero al final no tenía credito y nunca llego. y entonces no se como seguir, si volver a mi casa, si pedir que me cambien monedas, si tirar el termo o guardarlo y comprar el repuesto, para ahorrarme 5 pesos mugrosos.
pero empece a caminar, camine por once, unas 30 cuadras camine hasta llegar al joaquin. ahi estaban mis compañeros, contentos, chusmeando lo que me perdí de la pelea con el po. y siempre me pasa un poco lo mismo. me siento, escucho, me meto de a poco en el encuentro y me voy olvidando de la angustia. cuando quiero acordar estamos planeando algo que me entusiasma, aparece otro mate, la vida sigue. pero hay una nube atras de los ojos, una presión atmosférica en la garganta que puede llover en cualquier momento. debe ser el otoño, los 25 otoños que llevo en la mochila.

jueves, 17 de mayo de 2012

o le pones onda o le pones onda
entonces se hace de noche
hay que tomar una desicion
hace frio
y dormir en la calle no parece una buena opcion
hay que salir
de ahi
escapar a un refugio alejado
al que ningun colectivo te lleva
si todo sale mal
un taxi a casa
y un dia vez la luz
te despertas y ahi esta
entre medio de vos y las sabanas
una oportunidad
una curiosidad
un rayo de sol que te invita a levantarte

y es la misma luz que estuvo siempre
y estas de nuevo repitiendo lo mismo
arriba de esos dos pies
por una vereda que no va  ninguna lado
pero esta cerca
y sonrie

miércoles, 9 de mayo de 2012

estoy tan descentrada que me da verguenza contar lo que hago

jueves, 3 de mayo de 2012



Contando que música escuchaste podes relatar tu vida

Mi hermano se encargó de mi educación musical. Charly era el genio máximo, después venía el resto. No existía internet, así que los casettes que me grababa y los pocos cd's que había en casa eran lo único que tenía en mi pueblo sin musimundo. Mamá siempre que limpiaba ponía el de las películas de Almodovar. El mejor casette que tuve fue uno de lo rodriguez que inauguró mi amor por calamaro. También había cierto cannon progresista en mi familia que no puedo dejar de nombrar: El recital de Silvio Rodriguez y Pablo Milanes en Argentina ocupa el puesto numero 1. Creo haber llorado a los 12 años escuchando “yo pisaré las calles nuevamente”. Imaginense lo desadaptada que era, pleno furor de los Backstreet Boys y yo escuchando Sabina y música de viejos en gral. Me sentía de otra época y odiaba la mía.

En mis años de polimodal la cumbia villera estaba emergiendo. Pasión de sábado pasaba de la ventanita del amor a sentate en el pelado. Dejé entrar esa influencia cuando empezamos a salir de noche. Recuerdo tardes escuchando radio “las marías” de Ostende, pidiendo temas de pala ancha, lo más darky después de “sentimiento villero” de pibes chorros. La cumbia me dió una identidad nueva, una conciliación generacional. La cerveza Diosa valía un peso y la mesa estaba llena de besitos rojos a la mañana. Estabamos inventando una costumbre que hoy se conoce como “la previa”. Nos lo informaron en canal 13 unos años después. Vivíamos la crisis sin darnos cuenta. Salíamos con 5 pesos. Comprábamos 1 par de tetras en el almacen peruano del barrio obrero que nos vendía siendo menores y gaseosa córdoba en el maxikiosko del centro. Tinto con naranja, blanco con lima limón. Que asco. Pero pasaba, y eso nos preparaba para transar con desconocidos en Coyote de trasnoche. No duró para siempre, un día nos aburrimos y mis amigas se pusieron de novias.
Pinamar, como muchos pueblos, tiene una juventud punk. Adolescentes skaters, birra y doble fuerza. Sin embargo, la mirada de mi hermano ponía al punkrock en la categoría de “mala música”. No pude disfrutar de un pogo hasta que no corté con la mirada aristocrática de los Pastoriza. La primer banda que soporté fue embajada boliviana, cuando pude dejar el romantisismo y reconocerme como nihilista fuma porro me maraville con flema y 2 minutos.

Mis amigas cortaron con sus novios y volvimos a salir. Nos agarrabamos a los descartes del pueblo, porque no eran caretas. Ser o no ser careta es la base del existencialismo punk. Para soportar ese nivel de exposición nos hacíamos mierda, yo terminé 2 veces en el hospital por coma alcoholico. Fue heavy, pero aprendí cosas que me acompañaron toda la vida: robar en negocios, colarme en fiestas y mear en la calle. Fué también un quiebre con la tradición familiar, con un deber ser y la culpa que Ricky borró de un verso recordando que no elegimos nacer.
Me queda por mencionar las influencias mas contemporaneas. Un verano llegaron a pinamar las pastillas y la musica electronica. La nueva generacion entró de una. Estaban fanatizados. Nosotras conservadoras cuestionamos la movida y nos preocupamos por su salud mental. Finalmente, un día, fui a ver a martin garcia con los chiquitos a pueblo limite y me tome un puto corazon rosa. Al principio no me pegaba, porque no podía parar de pensar en "un mundo feliz" de huxley, pero al final me relaje y fue increible. Nunca disfrute tanto bailar en mi vida. La musica se me metia en el cuerpo, el dj podía hacer conmigo lo que quería. basicamente, la entendi. Entendi el "me la haces bajar" que tanto odiaba, entendi sus caras de felicidad antes de ir a una fiesta, los picos de boliche, el agua mineral, la traspiración, todo. Pero al poco tiempo la efedrina se acabó, y todo terminó con tristeza. Alguien dijo una vez que la gente se separó cuando cada uno buscó su forma de sobrevivir sin pastillas.

Por último, en el 2007 me fui a vivir con mi amiga candela al departamento que nos prestaron sus abuelos. Estabamos solas en buenos aires y no parabamos de flasharla. todo el dia metidas en internet escuchando música. Desde el otro yo hasta kenny g. Vino la movida gay, rafaela carrá y los hits de los 80, que out y un montón de bandas de mierda. Hubo una epoca de tomar merca y escuchar miranda. Epoca realmente horrible. Para mi cumpleaños acompañé a mis amigas al colectivo y cuando se subieron les grité desde la vereda “¡saquenmé de este pozo!”

Ahora creo que lo nuevo es el indie. Me gusta porque es cercano y barato. Igual para mi la música sigue siendo algo de fondo, como parte de una película, no soy fanática, por eso escucho cualquier cosa que me divierta y nada en inglés porque no entiendo la letra. Nunca pude con los redondos y el hardcore. Me acabo de acordar que tengo un duo de hip hop, pero eso ya casi no es música, es buscar una manera nueva de decir las cosas.