viernes, 10 de febrero de 2012

el futuro no me deja dormir

jueves, 9 de febrero de 2012

febrero




termino el verano otra vez. es febrero, queda mucho calor por soportar pero en la costa atlantica sabemos que el verano ya fue. la temporada son 45 días en los que muchos tenemos que hacer "la america", juntar algo de plata o perderla en un negocio mal calculado y volver a empezar el año con días de semana y proyectos a mediano plazo.
siempre que empieza febrero me viene un vacío pequeño, como un golpe corto que te invita a levantarte. hay que dejarse de joder con la ilusión de que la vida no tiene otro contexto que la playa y el trabajo, la playa y la birra, la playa y la paja. el verano en pinamar es un paréntesis en muchos sentidos. no veo la hora de volver a producir cosas con valor agregado, valor que no se mida con un signo pesos, valor poético, político, valor que solo puede dar una comunidad.
tengo que reconocer que extraño el trabajo, aunque sea sin franco, aunque sea una garcha. te da un pequeño hogar, un grupo y una meta. pero yo odio trabajar, es otra cosa lo que debe estar mal. es el aburrimiento del pueblo, que el delirio tenga un techo tan bajo y la banda ancha de alta velocidad sea una mentira.
es raro armarse una vida en invierno y desarmarla en diciembre para venir a trabajar a la costa. el ritmo porteño no te da tiempo de aburrirte ni de tener nostalgia, sentimientos al pedo que vuelven en febrero a romper las bolas. pensar: que paja vivir, tener que ponerle onda todo el tiempo. odio recurrir al pasado por insatisfacción del presente, pero pensar en el futuro no me deja dormir y estoy cansada. pienso en la plaza housey y el futbol, que bien me vendría eso. es hora de volver a casa, pero lo cierto es que no tengo.
incertidumbre 2012 comenzando a ser adultos sin un rumbo claro.