martes, 10 de abril de 2012

una noche fuimos con las chicas
a jugar al fubol a la costanera
nos comieron los mosquitos
nos regalaron una cerveza

una de la pibas que no pudo ir
nos presto la pelota despues de decirnos
que significaba mucho para ella por razones que ya no recuerdo
no va que peloteando ya un poco borrachas
se nos cae abajo como era de esperar
y yo que me moría de culpa
a pesar de que la asamblea decidió comprarle
la pelota oficial del mundial para resarcir el daño
prometi volver la tarde siguiente
a rescatar el afecto mas alla de todo

me levanto, son las 12
prendo la computadora y maldigo mi suerte
soy demasiado orgullosa para desertar
encuentro un mediomundo a 30 pesos en villa del parque
lo compro y tomo un colectivo que tarda 1 hora
en llegar
1 otra hora en volver
no se que pensaron los porteños
en ese bondi lleno de calor
ese noviembre
con ese mediomundo
parado al lado mío
diseñado para pescar truchas
en un río de corrientes rápidas

me encontre en primera junta con mi amigo gay
el calor se volvía gris
pronto se largaría a llover
llegamos a la costanera
y ese mar oscuro que asomaba ayer
hoy era un rio de pasto

encontramos la pelota
pero el costado de la costanera
era mas profundo de lo que pensaba
no llegaba
ni en pedo llegaba
se acercaron los hombres
dieron su opinion
uno se ofreció a bajar si le dabamos 10 pesos
el bondiolero miraba y no lo podía creer
¿que hacíamos ahí?
ese chico afeminado y yo
intenando pescar un balon a las 4 de la tarde

domingo, 8 de abril de 2012

osea, voy a subir todo lo que no me gusta

Me levante temprano fui a hacer vigilia a la casa para interceptar a Juan, si él hacia lo que yo creia que hacia no tenia ninguna autoridad para decirme que no entre, ademas, tenia llave, podia facilitarme las cosas. Ademas, queria verlo de nuevo. Fuí hasta su casa y me sente en la vereda de enfrente a esperar que saliera. Exactamente en frente de la puerta. Maite me había dicho que nunca salía, pero seguro que Maite no lo veía porque se levantaba al mediodía y Juan era alguien de la mañana. Me puse a leer y a esperar que el destino actúe a mi favor. Después de un tiempo que no puedo cuantificar, salió. Cerró con llave y empezó a caminar. Mi intención era que salga y me vea ahi sentada, sorprenderlo, pero él estaba en la suya y ni me vio. Como me da verguenza me quedo mirando como se va sin hacer nada. Supongo que ya fue. Pero no quiero dejarlo pasar, una vez en la vida me gustaría ser perseverante, no "rendirme" ante las adversidades. Pienso en escribirle una carta. saco la agenda y arranco una hoja de enero sin usar. Juan: ya se lo que haces. todo bien, no te persigas La arrugo. Es una pelotudez. Sé que dobló a la derecha en la esquina, si corro un poco puedo alcanzarlo. Lo veo, va escuchando música con auriculares. Decido seguirlo. Caminamos unas cuantas cuadras hasta llegar a la estación Federico Lacroze. Si se toma un tren estoy frita, toda la mañana perdida al pedo, no me queda otra que gritar ¡Juan! No me escuchó. Tenía los auriculares. Un señor lo toca y me señala. Se dió vuelta sorprendido y no pareció reconocerme. Se quedo quieto, con el torso hacia donde yo estaba pero sin mirarme. Crucé la calle. Me sentí un poco tonta por lo que estaba haciendo y tenía miedo de tartamudear. Hola Juan, como andas? - Hola.. me olvide tu nombre, perdon. - Nunca lo supiste, todo bien. - Que pasa? - Nada, quería hablar con vos, queres ir a desayunar? - Eeh.. bueno dale. El corazon me latía muy fuerte mientras caminabamos, empece a traspirar y sentirme rara. Tenia ganas de fumar pero era una asquerosidad hacerlo a esa hora y ademas no habia comido nada, me parecia repulsivo pero necesario para calmar la ansiedad. - De que queres hablarme? - De la casa. No se muy bien en realidad. O si, pero depende de lo que vos me digas - Mira, yo no tengo nada que ver con la casa, solo cuido que todo se mantenga en orden mientras no esten los dueños. - Pero si la casa esta abandonada.. aparte ¿porque me tocaste el hombro cuando nos saludamos en lo de Maite? - Bueno eso es problema mio, no se que tenes que ver vos con la casa - Juan, ya se que vos tenes tus plantas ahi, las vi el otro día que entre, pero no te preocupes, a mi no me importa eso, es problema tuyo, yo no voy a decir nada, pero quiero que la compartas conmigo, quiero entrar y poder usarla - Ni en pedo. Mira, no se que viste, pero aca no se puede hacer nada. No te das cuenta que si me agarran se arma alto bardo, yo no puedo hacer nada en esta casa y vos no tenes porque venir a romperme las pelotas. Entramos a la estacion y dejamos de hablar. Nos vamos a sentar en una barra pero Juan me dice que no sabe si quiere hablar de eso ahi. Yo me muero de hambre pero no se como decirle que no, asi que seguimos caminando. - Si queres denunciarme denunciame, pero serias una reverenda hija de puta. Juan es raro, habla con mucha tranquilidad y determinacion a la vez. No se que esperaba yo de esta conversacion, la verdad que tendría que haberlo pensado mejor, no se que decirle. - Bueno es ovbio que no te voy a denunciar, pero no se, al menos explicame algo, como tenes la llave, yo no le dije nada a Maite y creo que merezco un poco de confianza por eso - Pero yo ni te conozco, sigo sin saber tu nombre y pretendes que confie en vos. Sentia que lo que decia era una excusa, que en realidad podia perfectamente confiar en mi. Era pura percepcion femenina, por llamarlo de algun modo. - Mira, yo se que suena extraño y que lo mas coherente seria dejar todo como esta, pero tengo que hacerlo, tengo que estar en esa casa. Si hubiera sido un vecino quien me echó me hubiera puesto a buscar otra. Pero fuiste vos, nose, creo que podríamos compartirla, que si te digo que estas siendo egoísta no te va a resvalar, argumentes lo que argumentes. En sol me esta dando duro en la cara, las piernas se me aflojan un poco. Parece que no vamos a desayunar. Hacemos la cola para sacar el boleto. Me da intriga ¿a donde irá? - Me tengo que tomar el tren. Por favor te lo pido, no vuelvas a la casa, no es de ortiva, no depende de mi, es algo jodido, no la podemos compartir. Pide un boleto para Zárate. Yo no se que decirle. No me importan sus palabras, no se, estoy encaprichada creo. Lo miro y le digo: - No tenia idea que este tren iba a Zarate. No te preocupes. Nos vemos. Me saluda y se va. Una mochilita de locuras de hace mil años que se aleja hacia Zarate. Doy media vuelta y salgo de la estación. Me siento en la escalera, esta toda meada, pero el meo ya esta seco. No puedo creer que tengo que pensar que colectivo me voy a tomar y que en algun momento del día tendré que ir a trabajar. Es como si la mañana hubiera sido parte del sueño, un bonus track grabado en vivo. El 42 creo que me deja.

voy a subir todos los pedazos que saco de la novela por si las dudas

No me bañé. Posta que me olvide, no hice tiempo, en esta epoca del año hay cosas que son un lujo temporal. El tiempo se divide entre cosas productivas y cosas no tan productivas. Incluso el tiempo libre sigue estando enfrascado en cierto paradigma capitalista. Hacer, hacer, hacer. bañarse, comer y leer por placer a veces quedan afuera de lo que se considera importante. Es algo de ahora, para mi vieja por ejemplo la productividad aun esta marcada por el ingreso de dinero. Nosotros somos mucho mas concientes de que el capital no se manifiesta solo en el trabajo y podemos pasar por productiva una conversación con alguien de determinado ambiente que nos puede facilitar el acceso a una fiesta. Es muchisimo mas horripilante. Toda relación social esta signada por un interes, o al menos puede estarlo. Por eso la amistad que late posta se defiende con los dientes, es dificil de encontrar. No porque no haya personas buenas, es peor aun, simplemente es dificil de sentir afecto.

viernes, 6 de abril de 2012

“La posibilidad de una isla” resuena en mi cabeza. Me parece una idea hermosa dentro de la entrevista, yo hubiera pensando en una isla en el mar, en algo aislado y solitario. Creo que me encantaría conocer a esa gente. Yo intenté ir a la facultad, pero no funcionó. Ni siquiera termine el CBC, después empecé a trabajar, me fui a vivir sola y la idea de estudiar 6 o 7 años me parecía agotador. Además nunca tuve una vocación, algo que me identificara como para dedicarle tanto esfuerzo, pero sufría por no formar parte de eso tan importante en la vida de la gente que me rodeaba. Todos tenían sus años organizados alrededor de algo que iba a rendir sus frutos, mientras yo me dedicaba a vivir y fantaseaba con cobrar una herencia.

martes, 3 de abril de 2012


naci a haedo por la obra social, ioma y suteba me acompañaron desde la infancia junto al delantal blanco de mi madre. mal que bien ella pagaba la olla en casa porque hay no dicho mas cierto que el que reza "vago como marido de maestra". Mi viejo hacia changas, pero su principal actividad era charlar con los amigos en el bar de la esquina o en el taller de guido, el vecino de en frente. Viviamos en Villa Crespo, y aunque mi viejo era cordobés, ese barrio judío de intelectuales de clase media le sentaba muy bien. Cuando cumpli 4 años nos fuimos a vivir a Pinamar, más precisamene a Ostende. Las razones que argumenta mi madre son distintas a las oficiales, pero no miento si digo que un trabajo bien pago nos hizo migrar. El padre de mi mejor amigo se fue primero y le consigió a mi viejo el servcio técnico de todos los aires acondicionados de las telefónicas de esa zona. Tenía que viajar por distintos pueblos de la ruta 11, controlando que todos funcionen porque si no las computadoras gigantes que hacen funcionar los telefonos sin que lo sepamos tenían muchisima menos vida útil, y se ve que eran tan caras que la rentabilidad le daba sentido a la tarea y el sueldo alto de mi viejo. Igual el amigo, que figuraba en el contrato, se quedaba con una buena parte, o eso dijo mi viejo una vez que se pelearon
No fue ir a lo desconocido, en realidad Ostende había estado en la cabeza de mi viejo y la suerte le dió cabida a su delirio. Hacía muchos años que él iba de vacaciones y cuando la conoció a mi vieja también la llevó a su paraíso terrenal. Ese fue el mejor año de su relación, el único según el relato de mi mamá. Después todo empezó a decaer, después nací yo, pero no me hago cargo de esa conincidencia.

Tengo una familia que creo que vale la pena escribir. Seguramente todas las personas piensen lo mismo, y esten en lo cierto. Hay algo en el relato familiar, que denota cierto orgullo por la estirpe y da ganas de registrarlo, de que no quede en la sobre mesa. Mi madre me cuenta del hielero que le cortaba con un cerrucho la barra de hielo para una heladera de madera que concervaba la carne hace 40 años. Mi padre me cuenta del lechero a caballo que cargaba leche un una lechera de lata que mi abuelo quemaba al fuego la noche anterior para matar los microbios. Las tardes de siesta, su escabullida en silencio para comerse la nata con una cucharita de plata. La imprenta de mi abuelo y el olor a tinta con solventes mientras las mujeres levantan la mesa y lavan los platos. Es muy ovbio que hay un cambio rotundo entre nosotros, incluso sin necesidad de nombrar a la dictadura en el medio. Parte de mi familia arranco en misiones, despues en cordoba y bs as. La otra parte curtio el rio parana, la isla y el pueblo de san pedro para quedarse ahi, criando apellido en el banco de la vereda. Mi familia paterna siempre fue mucho mas influyente en mi, siempre fue el modelo a seguir. El pasado militante, montonero, el cristianismo reciclado en otra culpa, con más razón. Mi familia materna me dió lo tragico, lo lamentable de una pobresa de piezas sin ventanas, mi abuela me llevó a misa y me enseñó a rezar a escondidas de mi vieja, eso y el vino de cartón en la mesa con mantel de plástico. Me dió credencial para hablar de lo que me es ageno. Pero ambos progenitores sintetizaron juntos otra vida nueva, nada que ver con nada, en el pueblo mas joven de la argentina. asi que ahi estana, con esa tradicion en un mar enorme que desafiaba los limites de la historia.

Cuando nos fuimos a vivir a pinamar, todavia no era una ciudad, era una promesa. Ostende, donde propiamente nos acentamos, era una localidad incierta, con calles de tierra cada tanto y calles asfaltadas a las que llamabamos avenidas. Si bien lso arboles pobalaban el lugar, había dos cosas raras. Una era que estaban perfecamente alineados, porque no habian sido producto del teatro de la naturaleza, sin no de la mano del hombre, mas propiamente de la cabeza de dos belgas: Robette y Poli, cada uno tiene actualmente su propia calle. Eran dos belgas que instalaron en la costa atlantica el nombre de su pueblo por un parecido que gracias a internet comprobe como real. Las costas argentinas son lo que son gracias al progreso, al delirio humano en manos de la experiencia. Los tipos construian algo y lo tapaba la arena. Los medanos eran su peor enemigo, junto con los vientos. Hacian una iglesia y al verano siguiene no la encontraban. Asi el espinosismo se hacia presente en un materialismo mesianico encarnado en la arena. Nada más gráfico para representar la inmanencia que una montaña de arena. Milllones de particulas de caracoles, pedazos de cadaveres y partes del mundo tapando partes del mundo en una tarde de sol. Ponele. Cuestion que la solución que encontraron fue plantar arboles, en este caso pinos, de ahi el nombre PINAMAR, marcando ya en sus origenes ese noventismo que lo caractirará despues (como un almacen para chetos con los nombres de sus hijas ensamblados). Los arboles fijaban la arena con sus raices y paraban el viento con sus copas. Le daban forma a ese mar de tierra que desafiaba a la civilizacion. Asi nacieron pinamar, villa gessel, ostende, y hasta donde se toda la costa argentina. Probaron disintas especies, las acacias tambien funcionaron, al igual que los eucaliptus, pero según nos enseñaron en la escuela fue una larga lucha de pruebas y errores hasta encontrar la convinacion perfeca.
Lo segundo que me llamo la atencion, lo raro de mi casa entre el resto del mundo, fue un incendio. Ostende en parte es un gran desierto con algunos arbustos. Según nos conto una vecina con la que fuimos a la playa un dia, una mujer haciendo un asado desencadeno la gran masacre forestal que vemos hoy converida en calles y calles de nada. La mina se colgo y cuando salio ya era todo llamas. Como no habia bomberos en la zona todavia, tenian que venir del pueblo de al mado, de madariga, y cuando llegaron el mar ya se habia comido las llamas y todo era un recuerdo negro. Hombres herguidos con un traje puesto demostrando que el orden puede ser un fracaso.

Mi mama compro un terreno con su sueldo de maesra en el pedazo de osende que se salvo del incendio. Esa compra fue motivo de disputa entre mis padres una vez separados. Ella, ultima generacion egresada del normal nacional, lo habia comprado en pleno proyecto matrimonial, sin reparar en quien es dueño de que. Pero una vez separadas las aguas los tiulos de propiedad son una muestra de las ilusiones y fracasos de cada lado, yo con gusto los prendería fuego para no tener que escuchar los reclamos. Ostede fue creo mi utopia perdida. Fue lo que aspiro a tener, mi paisaje del amor y la libertad.

Mi vieja dice que la felicidad duro un año, justo antes de que yo naciera. Iban a un camping llamado movidick, y mi papa la trataba bien, como un hombre enamorado que todavía no tiene la certeza de la dominación. Yo de eso no se nada. Pero mis primero recuerdos igual son hermosos. Ibamos en el citroen rojo, cargado hasta las bolas. Llegabamos y poniamos las carpas, la carpa grande que hacia de living comedor, el pozo en el fondo del terreno que hacia de baño. No habia muchas reglas que seguir. Yo deambulaba por el bosque con una short de shoging rojo y una capa del super raton que me habia hecho una amiga tota de mi mama.

Parecía un indio, definitivamente lo veo en las fotos. Al lado de mi casa era mi campo de juego y entrenamiento. Como las plazas parecen un invento del ejercito para entrenar a los infantes, yo tenía en el terreno de al lado mi choza, mi soga que hacia de liana y mis herramientas para tallar armas: flechas, gomeras y lanzas. Desde muy chica ya tenia acceso a una cortapluma. Mi viejo siempre tuvo esa inconciencia un poco sabia para criarnos: que aprendan por ellos mismos -decía. Uno no los puede cuidar siempre, tienen que curtirse, si no van a ser unos boludos cuando sean grandes. Y asi era, nos cuidabamos entre nosotros, la tribu compartía juegos con chicos y chicas más grandes y alguna madre que hechaba el ojo de vez en cuando. Sin embargo, nunca la aventura volvió a atravesar mis días de esa manera.
Ir a comprar leche implicaba caminar por el medio del ¿bosque? para cortar camino. En el medio había un terreno lleno de yuyos con abrojos. Pasabamos con mi hermano corriendo pero era imposible no salir de ahí con las zapatillas verdes, llenas de esos pinches incrustados que usaban nuestra ropa para reproducirse. Sacabamos uno por uno con mucho cuidado porque si no no podíamos caminar, la lona no nos protegía mucho los pies. A la vuelta el mismo trámite, todos los días que no se iba al centro a comprar, casi todos.

Mi hermano, hijo de un matrimonio anteior, solo pasaba esos meses con nosotros. Haciamos trampas en las que caian nuestros pobres vecinos bolivianos. Un pozo con ramas haciendo una reja y arriba hojas con un poco de arena. El pobre jose se golpeaba la pera de tan hondo que era el pozo. Despues me sentia culpable y agradecia no haberle puento ramas en punta abajo del pozo. Teniamos una casa arriba de un arbol, por supuesto, y atabamos hijos de tanza a raz del piso para que tropiecen nuestros amigos imaginarios. Un día acamparon unos ingleses a 200 metros de nuestra choza. Corrimos a contarles nuestros padres que unos extraterrestres habian aterrizado y cocinaban polvos magicos en ollan de un verde metalizado inexistente para la epoca. A los dos días comimos un asado todos juntos y aprendimos a decir “hola” en ingles. La cuestion de las trampas se acobo el dia que padre tropezo con una y nos cago a puteadas. Igual seguimos entrenando, la guerra era parte de nuestro imaginario infantil. Teniamos un sector de tiro, donde poniamos botellas que rompiamos a tiros de gomera odas las tardes. Al final solo quedaban los culos, dificultando el trabajo hasta convertirnos en expertos. Otra parctica que recuerdo eran las batallas de palos. Cada infante se posicionaba en un arbool y improvisaba una nave, desde ahi rompia ramas y aacaba a la nave enemiga. Trepar arboles era nuestro mejor deporte, todavia hoy podria llorar extrañando ese contacto. Un día mucho mas grande me anime a subir a uno en parque centenario y vino un guardia urbana para decirme que si no bajaba llamaba a la policia. Yo me senti un indio en plena conquista en el siglo 21. Les juro que por mas hippie que parezco en ese contacto con lo que te rodea hay algo mistico indescriptible. Es un desarraigo, como que te saquen la pelota en pleno partido de futbol.


Asi pasamos un par de años, haciendo pozos en la tierra, creando guaridas, comiendo pescados en casa de vecinos que no conociamos. Era una cosa muy tribal que para un niño sin prejuicios es el disney mas barato y lainoamericano que podes darle. Mi mama y todas las mamas de lo qe se que era eso pero que no era un barrio, nos llamaban como a los perros. Violeeeeeeeeeeeeeta, gritaba mi mama. Y yo donde fuera que estaba giraba la cabeza hacia ese llamado y despues de un chau corria o agarraba la bici y me dijigia a comer a mi casa. Me acuerdo cuando empezaron a contruir el barrio del suteba, un barrio para docentes. Los camiones descargaban montañas de arena y nosotros no parabamos de jugar en ellas. Fue nuestro point durante meses mientras los albañiles o lo que sea no trabajaban. El mundo estaba a nuestros pies, fue una experiencia que nos marcó en ese sentido. Los limites eran lotra cosa. Subiamos a los arboles y contemplabamos nuestro territorio, no teniamos miedo, pero sabiamos que la muerte estaba ahi, a nuestros 5 años. Sin embargo elegiamos subir, de rama en rama para convertirnos en Dios. Y matias el hijo del basurero era Dios, y Yamila la hermana de Leo era Dios. Pero tarde o temprano por mas progres que fueran mis viejos, o justamente por serlo tano, llego la escuela, llego la ruta en la vida y un mundo que tenia limites tan claros que era imposible no intentar adaptarse con todo el dolor del alma. Ser mujer despues de haber sido un mono fue lo peor. O todas eran unas idioas y no se que hubiera podido hacer de aceptarlo, o yo tenia un problea. Ni se como lo vivi, creo que fue lo mas doloroso que me paso aunque ho casi ni lo recuerdo. Los sentimientos se borraros, de pronto era un adulta, respondia a estimulos, la razon era mi guia.

estoy muy blanca, tengo un buzo negro con capucha puesta, tecleo sin parar en la computadora, chateando y mandando mails al mismo tiempo. parezco una ninja hacker, me siendo acompañada por la red,
pero mis manos estan frias.
hoy fue un dia muy raro. el fin de semana en general fue raro. por ejemplo: senti como la tierra se movia. fuimos a tecnopolis. depues volvimos y subimos por el ascensor al departamento y todo el tiempo estuvimos en el futuro. el futuro es una mierda la verdad. es como decian los de ciencia ficcion: es frio, comodo y frio. con maquinas que trasladan tu cuerpo y tu cuerpo como una maquina mas entre las maquinas. nos drogamos con keta para interferir la señal, porque nos llega demasiado clara, demasiodo verdadera la realidad no te deja aprender. y cuando lo hicimos vimos todo igual pero un poco mas tenebroso. con luces blancas y sin sentimientos. con frio, mucho frio. el invierno es duro en todos lados. fuimos unos linyeras dando vueltas al lago del parque centenario, viendo los patos hablando incoherencias como unos locos. eso hicimos todo el dia de hoy. dar vueltas al lago con la sangre convertida en brea. comimos pan con miel, algo sano para reparar los errores. todo el tiempo ser una computadora hace que te de lo mismo vivir o no.