domingo, 8 de abril de 2012

osea, voy a subir todo lo que no me gusta

Me levante temprano fui a hacer vigilia a la casa para interceptar a Juan, si él hacia lo que yo creia que hacia no tenia ninguna autoridad para decirme que no entre, ademas, tenia llave, podia facilitarme las cosas. Ademas, queria verlo de nuevo. Fuí hasta su casa y me sente en la vereda de enfrente a esperar que saliera. Exactamente en frente de la puerta. Maite me había dicho que nunca salía, pero seguro que Maite no lo veía porque se levantaba al mediodía y Juan era alguien de la mañana. Me puse a leer y a esperar que el destino actúe a mi favor. Después de un tiempo que no puedo cuantificar, salió. Cerró con llave y empezó a caminar. Mi intención era que salga y me vea ahi sentada, sorprenderlo, pero él estaba en la suya y ni me vio. Como me da verguenza me quedo mirando como se va sin hacer nada. Supongo que ya fue. Pero no quiero dejarlo pasar, una vez en la vida me gustaría ser perseverante, no "rendirme" ante las adversidades. Pienso en escribirle una carta. saco la agenda y arranco una hoja de enero sin usar. Juan: ya se lo que haces. todo bien, no te persigas La arrugo. Es una pelotudez. Sé que dobló a la derecha en la esquina, si corro un poco puedo alcanzarlo. Lo veo, va escuchando música con auriculares. Decido seguirlo. Caminamos unas cuantas cuadras hasta llegar a la estación Federico Lacroze. Si se toma un tren estoy frita, toda la mañana perdida al pedo, no me queda otra que gritar ¡Juan! No me escuchó. Tenía los auriculares. Un señor lo toca y me señala. Se dió vuelta sorprendido y no pareció reconocerme. Se quedo quieto, con el torso hacia donde yo estaba pero sin mirarme. Crucé la calle. Me sentí un poco tonta por lo que estaba haciendo y tenía miedo de tartamudear. Hola Juan, como andas? - Hola.. me olvide tu nombre, perdon. - Nunca lo supiste, todo bien. - Que pasa? - Nada, quería hablar con vos, queres ir a desayunar? - Eeh.. bueno dale. El corazon me latía muy fuerte mientras caminabamos, empece a traspirar y sentirme rara. Tenia ganas de fumar pero era una asquerosidad hacerlo a esa hora y ademas no habia comido nada, me parecia repulsivo pero necesario para calmar la ansiedad. - De que queres hablarme? - De la casa. No se muy bien en realidad. O si, pero depende de lo que vos me digas - Mira, yo no tengo nada que ver con la casa, solo cuido que todo se mantenga en orden mientras no esten los dueños. - Pero si la casa esta abandonada.. aparte ¿porque me tocaste el hombro cuando nos saludamos en lo de Maite? - Bueno eso es problema mio, no se que tenes que ver vos con la casa - Juan, ya se que vos tenes tus plantas ahi, las vi el otro día que entre, pero no te preocupes, a mi no me importa eso, es problema tuyo, yo no voy a decir nada, pero quiero que la compartas conmigo, quiero entrar y poder usarla - Ni en pedo. Mira, no se que viste, pero aca no se puede hacer nada. No te das cuenta que si me agarran se arma alto bardo, yo no puedo hacer nada en esta casa y vos no tenes porque venir a romperme las pelotas. Entramos a la estacion y dejamos de hablar. Nos vamos a sentar en una barra pero Juan me dice que no sabe si quiere hablar de eso ahi. Yo me muero de hambre pero no se como decirle que no, asi que seguimos caminando. - Si queres denunciarme denunciame, pero serias una reverenda hija de puta. Juan es raro, habla con mucha tranquilidad y determinacion a la vez. No se que esperaba yo de esta conversacion, la verdad que tendría que haberlo pensado mejor, no se que decirle. - Bueno es ovbio que no te voy a denunciar, pero no se, al menos explicame algo, como tenes la llave, yo no le dije nada a Maite y creo que merezco un poco de confianza por eso - Pero yo ni te conozco, sigo sin saber tu nombre y pretendes que confie en vos. Sentia que lo que decia era una excusa, que en realidad podia perfectamente confiar en mi. Era pura percepcion femenina, por llamarlo de algun modo. - Mira, yo se que suena extraño y que lo mas coherente seria dejar todo como esta, pero tengo que hacerlo, tengo que estar en esa casa. Si hubiera sido un vecino quien me echó me hubiera puesto a buscar otra. Pero fuiste vos, nose, creo que podríamos compartirla, que si te digo que estas siendo egoísta no te va a resvalar, argumentes lo que argumentes. En sol me esta dando duro en la cara, las piernas se me aflojan un poco. Parece que no vamos a desayunar. Hacemos la cola para sacar el boleto. Me da intriga ¿a donde irá? - Me tengo que tomar el tren. Por favor te lo pido, no vuelvas a la casa, no es de ortiva, no depende de mi, es algo jodido, no la podemos compartir. Pide un boleto para Zárate. Yo no se que decirle. No me importan sus palabras, no se, estoy encaprichada creo. Lo miro y le digo: - No tenia idea que este tren iba a Zarate. No te preocupes. Nos vemos. Me saluda y se va. Una mochilita de locuras de hace mil años que se aleja hacia Zarate. Doy media vuelta y salgo de la estación. Me siento en la escalera, esta toda meada, pero el meo ya esta seco. No puedo creer que tengo que pensar que colectivo me voy a tomar y que en algun momento del día tendré que ir a trabajar. Es como si la mañana hubiera sido parte del sueño, un bonus track grabado en vivo. El 42 creo que me deja.

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